Rubén Darío es el Padre del Modernismo y el Príncipe de las Letras Castellanas. Nombrar a Rubén Darío es escuchar el retumbo de las vértebras de la América indígena e Hispánica o el rugir de miles de leones españoles. Poeta, narrador, periodista, ensayista y cronista de su tiempo. Un genio incomprendido, un artista que lucha entre el ideal y el arte. Su prosa y verso insuperable.
El
Modernismo no es solo un triste y romántico cisne en un estanque o la lucha entre ideal y arte mismo. El
Modernismo es la primera escuela literaria que pare la América de la mano de un
poeta nicaragüense universal como es don Rubén Darío. Le demostró al mundo el
enigma oculto de sus tierras y belleza de sus mujeres.
Muchos
críticos encierran a Darío en tan solo un trozo de azur cuando en su obra EL
CANTO ERRANTE anunciaba seductoramente la escuela Vanguardista. EL CANTO
ERRANTE tiene todos los aspectos de la escuela que viene a torcerle el cuello
al arte del poeta incomprendido del Modernismo. El libro es el éxito del poeta.
La cumbre de festejar la poesía que camina y desnuda las raíces de la América
pura y casta, el juego burlesco de la onomatopeya, la exaltación de las
bellezas de su tierra en su poema MOMOTOMBO.
Un Genio
de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, un Monstruo de la
Literatura que renovó la forma de pensar, de las artes y de las letras de su
tiempo. Un “Amado enemigo” y “Paisano inevitable” para los estudiantes de
secundaria nicaragüense. Un hombre que amó en diferentes lenguas y formas a la
MUJER, exaltándola en sus poemas como la fiel amada, la infiel seductora y
traicionera, la sensual, la sexual, la erótica y voluptuosa musa y ninfa de sus
tormentos.
Muchas
injusticia se han cometido hacia el Padre del Modernismo. La primera ocurre en
España con José María Del Valle-Inclán que se burla del poeta llamándole
aborigen por el color de su piel y la pluma que se le salía debajo del sombrero.
Sergio Ramírez en su libro EL TAMBOR OLVIDADO aborda sobre la disputa entre
estos dos poeta. Sergio Ramírez nos aclara que por las venas Dariana corría la
mezcla más exuberante de tres grandes culturas: La del aborigen rebelde e
indomable del americano, la soberbia y blanca del español, la sensual, erótica
y rítmica del son de los tambores del africano. Darío en una de sus cartas le
escribe a Del Valle-Inclán que la pluma que se le sale bajo el sombrero se la
quita para escribirle.
La segunda
ocurre en 1901 con la Academia Sueca, negándole el Nobel de Literatura en su
primera edición. La crítica sostuvo que el nicaragüense se lo merecía, por
tanto, la Academia Sueca de Estocolmo está en deuda con el premio para
Nicaragua.
La tercera
es una negligencia médica por parte del Doctor Luis H. Debayle Pallais cuando
siendo médico de cabecera del vate que sufría una cirrosis hepática causada por
el alcoholismo crónico, propuso una descabellada operación para aliviar al gran
poeta que poco a poco iba a los brazos de la Muerte que tanto temía. Aunque su
muerte –escribe Sergio Ramírez- no se considera oficialmente un asesinato, las
punciones al hígado que le dio el Doctor Debayle, médico torpe, aceleraron la
muerte.
La última
indignante para todo un pueblo que se jacta en declamar y conocer la vida y
obra de Rubén Darío. Dicho suceso ocurrió con el cambio de siglo en el año
2000. La BBC de Londres lanzó una convocatoria para ubicar a los grandes
personajes de la literatura universal. Rubén Darío ocupó el puesto número UNO,
pero sin propaganda ni promoción en el país que le vio nacer. Los españoles lo
llevaron a ese puesto debido a que consideran que Rubén Darío es un poeta
español y no nicaragüense. Nadie es
profeta en su tierra natal. Este año el
Eje Transversal del Gobierno en turno ha comenzado la jornada del Centenario de
Muerte del vate, promoviendo diversas convocatorias alusivas a Darío.
Por tanto,
corría el año de 1916….
7 de enero Es
llevado gravemente a León por el Dr. Luis H. Debayle.
8 de enero Sufre una operación quirúrgica en el estómago debido a la cirrosis hepática que padecía.
8 de enero Sufre una operación quirúrgica en el estómago debido a la cirrosis hepática que padecía.
10 de enero Recibe la extremaunción por el Obispo de León, Simeón Pereira y Castellón.
31 de enero Dicta su voluntaria testamentaria declarando heredero universal de todos sus bienes a su hijo ilegítimo Rubén Darío Sánchez.
2 de febrero Tiene delírium trémens. Segunda operación a las siete de la tarde, ahora en el hígado, el cual es perforado por el Dr. Luis H. Debayle y comienza una larga agonía.
7 de febrero El cadáver es velado en la casa mortuoria. El Dr. Luis H. Debayle le extrae el cerebro, el cual pesó junto al cerebelo 1415 gramos. Medido solo el cerebro pesó 18 cm de anchura y 14 de altura. El hermano de Rosario Murillo, Andrés Murillo se lo roba para venderlo a una Universidad de los Estados Unidos, pero los doctores Escolástico Lara y Luis H. Debayle lo persiguen y en una disputa por el órgano, éste cae al suelo y se hace añicos.
8 de febrero A las 10 a.m. es trasladado al Palacio Municipal donde se le rinden Honores por parte del Estado.
9, 10, 11 de febrero Traslado del cadáver a la Universidad de León. Veladas fúnebres. Discursos, lecturas de poemas y prosa de Darío.
12 de febrero Procesión hacia Catedral, donde el obispo oficia misa de réquiem de Príncipes y Nobles. Llevan el féretro a la Universidad de León.
América llora la muerte de su hijo…
España llora la muerte de su nieto…
Las musas y las ninfas rasgan sus túnicas y desnudas y locas
corren a perderse a los bosques a llorar la muerte de su Rubén…
Los cisnes en el estanque con el cuello roto sangran el
azul del lago…
